La lluvia pasa y pasa,
como quien va de viaje
haciendo sus piruetas,
en el aire.
Las aves refugiadas
en las tupidas ramas
hacen recuento diario
de vuelos y escapadas.
Y las aves felices
con su juego de magia
cantarán en las ramas
y bailarán sus danzas.
Las nubes se aglutinan
en su acto de gracia,
mientras van permutando
las formas que mostraban.
En un abrir de boca,
como un acto de magia,
el sol corrió a las nubes
y brilló sobre las aguas.
No se escuchaban las voces,
de los siempre paseantes,
ni se escuchaban los ecos
de las aves distantes.
Solo la brisa pasa
susurrando entre dientes,
mientras botes pequenos,
trajinan las corrientes.