Lloro,
llantos de esperanza
por lo que no se ha perdido todavía:
la Amistad, la mística, la libertad,
la gracia, la emoción, la vida
y la filantropía.
Lloro,
llantos de queja
por lo que hacemos hoy
dando a la tierra
más dañina invención,
atropellos, miserias.
En algunos países del planeta.
Lloro,
llantos de miedo
por los más perseguidos,
ignorados, vencidos,
mancillados y siempre envilecidos.
En algunos países del planeta.
Lloro,
llantos de súplica
por las madres que buscan
un hijo perdido,
muerto, sepultado, vencido
por la paz que nunca llega.
En algunos países del planeta.
Lloro,
llantos de rabia
porque no cesa de una vez la carga
ametrallando vidas y suspiros.
Pero lloro también
llantos de angustia
cuando la madre tierra se rebela
contra sus propios hijos,
y en su queja,
pierden los inocentes su destino.
En muchos más países del planeta.
Lloro, llanto esperanzador
en estos días de las tardes grises
por lo que alguna vez
serán las cicatrices
en la faz de la tierra
y en mi canto
cuando un llorar feliz
cierre la última escena
con el abrazo final, que espero tanto.
En todos los países del planeta.