Llegó La Lluvia
Llegó La Lluvia

Llegó La Lluvia

Un pequeño cantor
vino a dar la noticia.
Las aves, presurosas,
se perdieron
en unísono aletear
entre los árboles.
Poco a poco
llevaron la primicia
bicolores turpiales.
Las palmeras mecieron
más rápido sus brazos.
Los pequeños insectos
ya salieron
a saborear la vida
en cortos vuelos
o en marchas cortas
por entre las hojas,
por entre las piedras,
o en las tibias cavernas
del subsuelo.

Poco a poco
cayeron
las gotas cristalinas
llenando así los cantaros
múltiples de las hojas.
Horadando los pliegues
de la tierra
llego la brisa y todo
lo refresco a su paso
y los peces huyeron
hacia aguas más tibias,
donde los golpes suaves
no les hicieran daño.

Camino hacia sus casas,
caracoles,
asumiendo la prisa
se asilaron
en las rugosas raíces
de los troncos.

Los pelicanos, ávidos
con el último aviso
volaron hacia las rocas
donde pequeñas cuevas
les brindaron abrigo,
o hacia el vaivén
de las barcas
que poblaban la orilla.
Estoicos, oyendo
el grito marinero
que, trepando en los ecos,
entre aguas marinas
y revuelos
de espuma y de viento,
cabalgaba brioso
entre los techos.

Llegó la lluvia ya,
llegó el invierno.
Poco a poco,
también,
ya se perdieron,
en el seco calor
de cada rancho
los pocos habitantes
de la aldea …

La lluvia se hizo dueña
de la tranquila playa,
sin que quedara nadie
para mirar sus galas.

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