La Princesa
La Princesa

La Princesa

Una vez una princesa,

bella como la mañana,

quiso comparar su canto

con el canto tempranero

de un ruiseñor que cantaba

a las flores del jardín

que la bella cultivaba.

Enjauló al ruiseñor,

tapó, con gracioso tapasol

de lindas flores bordado,

la prisión que le otorgó,

para engañar al cantor

que no resultó engañado.

La garganta del jilguero

se marchitó con las flores

que la princesa cuidaba,

con el don de sus amores

y no volvió a resonar

del cantor, la melodía,

la princesa, muy adentro,

gran decepción padecía.

Porque su canto era hermoso,

mas, no igual al del jilguero.

Resignada y bien dispuesta

lo liberó de su yugo:

renació el canto en el patio,

las flores se fueron dando

con su colorido anhelo

de oír cantar al jilguero

y a la princesa, entre tanto…

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