La Paz
La Paz

La Paz

Cuando la paz 

nos rinde y, simplemente 

hallamos el valor 

de las sonrisas, 

el corazón vibrando 

nos recuerda 

que aún nos queda mucho 

de nuestra vida larga, 

y es preferible 

navegar fronteras, 

encontrar los caminos 

que nos unieron, 

hacer propicio el pan 

para la entrega, 

encontrar en nosotros 

sacrificios, 

para llegar al fin 

sin armas y sin guerras. 

 

Cuando la paz 

encuentra sus raíces 

y se amarra a la tierra, 

hay Padre Nuestro 

en todos los rincones, 

banderas ciertas 

añorando zafras, 

unión para vivir, 

según las causas: 

hermandad a los pueblos 

que derivan 

en futuro y justicia 

de por vida. 

 

Cuando la paz nos llama, 

no hay frontera 

donde no cante el Himno 

de la querida Patria. 

Esa grande y hermosa 

que produce 

sempiterna igualdad 

entre las razas, 

o entre pueblos hermanos 

sin murallas. 

 

Y cuando el pueblo oye 

las altivas consignas 

de libertad y unión: 

nada nos falta, 

más que el abrazo 

de fraterno goce, 

más que el futuro 

que a todos por igual 

llama y aguarda. 

 

Cuando la paz nos llama, 

a ella vamos 

¡con la gloriosa fuerza 

de alcanzarla!

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