Era una vez
una estrella
mucho más grande
y brillante
que todas las demás.
Nació para alumbrar
un camino glorioso
a Melchor, a Gaspar
y a Baltasar.
Y los tres Reyes Magos
con valiosos regalos
llegaron a Belén.
Ante ese niño lindo
los tres,
postrados,
quedaron extasiados
y al mirarles,
el dulce Jesús Niño
con sonrisa de ángel
también les sonrió,
y la estrella, allá arriba,
de tanta maravilla,
sonrió y sonrió.