Irene
Irene

Irene

Sabrosa danza negra,

mientras bailas.

las nalgas te murmuran

con su ritmo,

que la cintura

recuperó la magia

 que tuvo el junco verde

en el principio.

 

Los pies,

aunque cansados,

se alegran con los tiempos

que marca el quitiplás

de los tambores,

y la silueta alegre,

serpentea en los aires

con revuelo de flores,

mientras rechina el fogón

con los olores

de platano y mazorca

entre cenizas.

 

Sabroso bailas, negra.

El ritmo y el dulzor

entre sonrisas.

Con cada escaramuza

de la danza,

tienes cariño y sombra

que cobija.

 

Irene:

danzante y cocinera

al mismo tiempo:

¿Quién te subió a ese cielo

tan temprano?

¿Habría hambre y tristeza

al mismo tiempo?

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