Inexorablemente se perdieron
en sus gastados aires, melodías
que ayer me conquistaron con sus vuelos
y hoy llenan mis recuerdos con sonrisas
Tranquilas y sumisas, sin porfías.
Inexorablemente se fundieron
todos esos deseos pequeñitos
en el solo deseo de esculpirme,
para no perecer en lo infinito
de estar entre mis huellas y tus huellas.
Inexorablemente hice caminos
que no tenían final en su partida,
para llegar cansada, ante mi misma,
conquistando el estar donde prefiero
cada vez que conquisto mi guarida.
Inexorablemente la distancia
se asimila las ganas de tenerte
trayendo hasta la estancia los requiebros
que siento a pesar tuyo, a pesar mío,
cada vez que recuerdo tu recuerdo.
Cada vez que me hablas de distancia
ignorando que vivo, cada día
inexorablemente poseída.
Tu voz, tan en mi propia voz,
hace matices,
plegándome a tu cauce y a tu orilla.