Hoy encendí una hoguera,
las chispas de esa luz,
saltarinas y alegres,
revolotearon en pos
de otros lugares;
y la brisa, jugando,
apagaba el arder
de alguna libertad,
de cuando en cuando.
Hoy tuve mas de un sueño
y reí y volé a las alturas
que el sueño proponía.
Hurgando en los confines
de los viajes celestes,
adivine fronteras.
En los lejanos predios,
alcancé a ver tu imágen
allende mis silencios,
tu mirada llamó
y retorné del viaje.
Siempre pasa lo mismo
¡con mi llama creciente!
y tu llamada urgent
pidiendo que regrese
y regreso a los versos, los sentires,
las sombras que separan
las horas que no pasan
tras los sueños de siempre,
que atraviesan los ríos
más allá de la búsqueda
que ignora los destinos
en esa triste fábula
de los tiempos perdidos…