Hoy todo sabe a esperas
y hasta cuándos…
Los minutos parecen
eternamente largos.
En las ondas del río
se siente el desamparo
de las olas clamando
un correr que parece
decirnos «hasta siempre»,
en eternos letargos…
Y tu, cierras los ojos
para seguir soñando
que alguna vez la vida
vibraba con los cantos,
sudaba en el esfuerzo
de crear recreándonos.
Hoy las nubes parecen
panos en gris y blanco.
Los árboles no agitan
sus ramas saludando.
Todo parece inerme.
Todo parece lánguido.
Hasta los botes pasan,
así, sin saludarnos,
y, las aves, bulleras,
creadoras de espectáculos
se duermen en las ramas
sin saludar las horas
que llevan, esperando
que el sol salga
a jugar,
Y las nubes se alegren
y se vayan cantando…