Horas
Horas

Horas

En las turbadas horas

cuando pierdo

el silencioso hilvanar

de los recuerdos

y sorprendo en mi misma

mi cansancio,

nadie pidiendo

cambiarme por sonrisas

ese tedio perenne

en que me pierdo.

 

En el constante yugo

de entregarme

hacia esa paz exigua

de mis noches,

nadie rompiendo el dique

que me lleva

a ese estruendo tremendo

de reproches.

 

En la vana incongruencia

de esas horas

mirando el deambular

de mis noctámbulos,

nadie clamando a gritos

mi presencia,

haciendo claudicar

mi gran ensayo.

 

En todas esas horas,

siendo presa

de la eterna y fugaz

melancolía,

ninguna sombra amiga

que me guíe,

y no encuentro tu sombra

mientras pasan

los minutos que llenan

mi porfía.

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