Hasta Mis Hasta Cuando
Hasta Mis Hasta Cuando

Hasta Mis Hasta Cuando

Hasta mis hasta cuando 

y hasta mis hasta donde, 

hay una frágil línea 

que se esconde, 

en cada vericueto 

que, he tratado, 

de voltear con mi musa 

y sus santos legados. 

 

Y no es que esté dispuesta 

a la disputa 

que se torna en el ser 

de hacer los versos. 

Es este, siempre niño 

corazón que protesta, 

por ese escaso margen 

que le hace presa 

a cualquier sentimiento 

que ahora muestra. 

 

Escribir, disyuntiva feliz 

que siempre atraigo 

a solitarias horas, 

sin embargo, 

escribo y ya sonrío 

en desespero 

de escribir y escribir 

mientras me atrevo 

a pensar más en tí

de lo que debo. 

Y por puro optimismo, 

voy limando 

la molestia del no 

y el ¡hasta cuando!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp