Ahora y como siempre
los versos van llegando
como un mar de gaviotas
sobre mi río manso.
Y sin dar las respuestas,
que, a diario, voy pensando,
se ienden a su antojo
en mi tranquilo barco.
Hacen las mil piruetas,
me miran de soslayo,
y hasta llega, a su modo,
cada letra que escribo
del cuaderno sin límites
que a diario voy llenando.
¿Es proesa de alas
en mi cielo nublado?
¿O promesa de olas
sobre mi río manso?
Aún no sé las respuestas
que he venido buscando,
y mansamente escribo
los versos en mi diario,
admirando las alas
de gaviotas cruzando
esos límites anchos
¡que siempre voy soñando!