Galante Caballero
Galante Caballero

Galante Caballero

Galante caballero

que persigues

la total aquiescencia de mis besos,

ven por la tarde mudo,

nuestras musas están jugando a cazar

los pájaros que danzan en penumbra.

Quédate allí, rotundo,

sin herir la poesía.

La comunión de esperas

va destilando ecos sin palabras.

Voces insomnes

que se extienden

con un verdor de musgo

en las espigas

van callando los nombres

y, acicalando tonos transparentes,

vierten la poca luz que queda

en las pupilas.

Indagadoras, voraces,

las plomizas vertientes de las nubes

se tendieron al fin,

como pesados fardos tras la cuesta

y sólo se perciben

sus cabellos.

Difícil definir la silueta de siempre

en el gris horizonte

que enmudece.

 

Galante caballero

haz gala de tus sueños,

atraviesa en silencios,

hiere,

la tibia placidez con tus susurros.

Haz girar las clavijas que me atan

al no lograr hacer lo que presumo.

 

Galante caballero,

se guardián permanente del deseo

que construí para ti,

desde el principio mismo

de mi propio Universo,

cuando presumir sueños era todo

lo que había en el claustro de lo eterno…

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