Farallón
Farallón

Farallón

Desde mi farallón 

de ver tormentas, 

sin el fanal de auxilio 

para escudar mis miedos, 

voy trocando las olas 

más altas que me llegan,  

dejándote menudas

ondas con sus espumas, 

irresolutas todas y dispersas. 

 

Esta atalaya sirve 

para todo pronóstico, 

tan alta que supera 

la furia de tus ojos, 

endulzando la magia 

de encontrarte sin armas 

en esa guerra tonta 

que me grita tu enojo. 

 

Ya no soy partidaria 

de la contienda eterna, 

que viene con su diario 

olor a inquisiciones. 

Quiero vivir la vida 

alejada de penas, 

sin importar permisos 

que le das o le niegas 

a mis puntos de vista 

o a todas mis acciones. 

 

Porque mi farallón 

tiene todos mis años 

curtiendose en la playa 

marea tras marea, 

para alejar las sombras 

de las costumbres viejas. 

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