Estoy aquí,
con ese aquí que aguarda
una corta esperanza
o un caminar de albas.
Sentada, aquí en la orilla
del río que traspasa
las fronteras que surgen
en su viaje de gazas.
Y me pregunto, a veces,
por qué será tan larga
la espera de las olas
pequeñitas, que danzan
burbujeando la esfera
de la larga mañana.
Estoy aquí, y a ratos
me traslado a mi barca
que no sabe de remos,
para encontrarme siempre,
sobre la misma playa.
Estoy aquí y siempre
parece que nadara
sobre un lecho de espumas
o una hamaca de gazas…
Quizá mirando al cielo
en la loca esperanza
de revivir los sueños
que ahora nos abrazan
tan solo imaginando
que estoy aquí,
¡en mi playa!