Este silencio esclavo
deslindando
todos los sinsabores
de la plática,
suspirara al pensar
que ni una lápida
va a resumir tu cuerpo
a la verdad
de estar muerto
y estar vivo,
al mismo tiempo
en la clara conciencia
del letargo,
cubriendo nuestras mentes
tantos años,
ante tanta impotencia
y tanta ira.
Este silencio esclavo
obligando,
a sumirte de nuevo
en lo ignorado,
va palpitando historias
a mi lado.
Hablándome de luchas
y consignas,
sin que mis labios mudos
digan nada
sorprendiendo mis ganas
de justicia.
Este silencio esclavo
te condena
condenando en mi misma
la renuncia
a mostrarte a la luz
que tu prisión reclama.