Este día comienza,
en una sola oleada,
infantiles sonrisas
se desbordan
en ese íntimo mar
que nunca para
de llevar y traer
olas en la marea
de rostros y palabras.
Un rayo de luz
perturba la oscuridad
que ahora emana
de las puertas cerradas.
Una risa, crea otra
y, ya juntas, disipan,
con las primeras luces
las primeras caricias.
Huele a vida
y a entorno,
tallándose en el alma,
y el día hace su ruta
según le venga en gana.
Capacaes, saciaremos
los abrazos y las fábulas
¡de un día todo mágico
con su sonrisa cándida!