Es por siempre anhelar,
que ya anhelamos todo:
sueños, amor, motivos,
ir a lo que entendemos
cultivará el destino.
Es por siempre anhelar
un passo y otro paso,
que llevamos el peso
de las pocas victorias
alzando nuestros brazos.
Es por querer la vida
reuniendo los regalos,
comparando miserias,
atados a los sueños
que no han sido logrados.
Es por eso la búsqueda
de lo nunca encontrado,
que perdemos las horas
en el eterno diario,
viviendo en la esperanza,
olvidando el presente
como común aliado.
Porque es: ahora o nunca.
Es el «por fin» de todo.
Es ese «ya no más»
de los gentiles modos,
jugando a ser capaces
reconstruyendo todo…