Entre las horas:
las sombras me dicen
de los tiempos felices,
de los tiempos guardados
como grandes memorias
de las horas vividas
que nunca diseñé.
Entre las horas:
hasta me encojo de hombros,
camino, sueño, siento,
a veces, canto y miro:
los caminos son largos,
los sueños prohibidos,
y los versos que escribo
son las miradas tontas,
a fantasías que vivo
cuando en la lontananza
reunifico mi afán…
Entre horas y sombras,
sombras y horas cobijo,
con la convalescencia
de primeras heridas
en la zafra del tiempo
que me tocó vivir.
Y me postro, ante todo:
cualquier mágico efecto
sobre mis propios pasos
o mis propios defectos,
con ese timbre bajo
de los propios conceptos,
y perdono mis deudas
emulando mi honor.
Negándome el volar
tan alto como lejos,
no se si estoy dormida
o si despierta voy
en mi propio velero,
deambulando mi mar.
Unida con el alba,
sin brújula y sin fueros
soñando que ya vuelo
para no retornar…