En mi río,
esas pequeñas hojas:
que son mis pensamientos,
van, en pos de los vientos
hacia remotos lares.
Cansinas,
danzan la alegre danza
de unas horas perennes,
largas como el paisaje,
hábiles monitoras
del viento y de las horas.
En mi río,
juegan y vuelan,
siempre alegres:
palomas, cisnes, patos,
pericos verdes, verdes
como hojas de árbol,
cantándole a la luz
en sus viajes alegres.
Todo el tiempo cantando,
buscando hacer los nidos
en los árboles altos
para otear los caminos
y llenarlos de cantos.
En mi río,
poblado de las barcas,
botes, canoas, barcos,
hay un canto que asume
la alegría entonando,
mientras bailan y toman
y ríen sus hallazgos
las parejas y amigos
de los mejores ratos.
Todo se torna alegre
al paso de los barcos
y las parejas bailan
y cantan, mientras tanto,
mi río siempre viaja,
sin ningún sobresalto,
hacia donde la mar
siempre lo está esperando…