En Mi Orilla
En Mi Orilla

En Mi Orilla

En mi orilla 

ya nunca pasa nada 

mas que una pequeña 

ola que navega 

y regresa a morir 

en la amplia ensenada. 

 

Yo miro como llega 

cansada de sus viajes 

sobre antiguas mareas 

y se queda en silencio 

cuando la brisa llega 

como quien se repiensa 

una nueva estrategia. 

 

Asumiendo distancias 

y legando sus penas 

a ese cantar que nunca 

trasciende la ribera 

resignada a su quieta 

perpetuidad certera. 

 

En mi orilla, 

mecen los altos sauces, 

sus larguísimas trenzas, 

bailoteando en las aguas 

con las luces primeras. 

 

Y hay un cordón de nubes 

bordeando la floresta 

y la brisa que llega 

trae noticias nuevas 

desde donde la lluvia 

baila haciendo su fiesta. 

 

En mi orilla, 

ya nunca pasa nada 

¡que distraiga la siesta!

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