Hay fuego en el hogar,
la madre, suspirando,
hace giros de masa
para el pan esperado,
el mundo es hoy, perfecto.
Hay graneros repletos
que no han sido menguados
por el hambre del pueblo.
Cada quien su trabajo
y a cada quien su afecto.
Una canción, cantada,
con la misma alegría,
resumiendo los dones
de la alegre jornada.
El sol casi relincha,
con sus rayos al aire,
la brisa, llega y deja,
perdida en los detalles
que la hierba le deja
entre los matorrales,
esas malas noticias
que no han querido darte.
Es la estampa perfecta
que encontre guarnecida
en mi libro de Artes.
Y me dije a mi misma:
¿porqué no?
¿porqué no?
Hay un mundo perfecto
detrás de los detalles
que se esconden en todos
los regalos del Arte.