Fuego,
en las calles fuego,
fuego sobre las sendas
que van a todas partes
envolviendo las rutas como una alfombra nueva.
Amarillos, naranjas, rojizos ecos,
marrones y vino tintos
guarnecidos
de un fuego ardiente
que va negando el frío
que ya sientes
transcurriendo el Otoño.
Triquiñuelas del tiempo.
Los árboles,
anunciando una desnudez, que no desean,
se sienten ahora grises,
antes de atardecer
sobre sus tallos.
Y sobre el río
nadan, cual mariposas,
chispitas de ese fuego
volcado entre las hojas.
Fuego en la fronda toda,
frío en los viejos huesos…