Nunca fue
tan claro el dia
como el día sin sol
que ayer vivía.
Nunca fue
la noche tan oscura
tras de la oscura tarde
que sin mirar, sentía.
Rodeándome de sombras,
sólo sombras
a pesar de la luz
de las bujías.
Este sol desconoce
mi genuino mandato
de oscuridad certera.
Este río que canta
no sabe del silencio
que brinda la búsqueda
de algún silencio nuevo.
Este murmullo suave
de alas que se largan
no saben de mis brazos
atrapados,
para el volar eterno
que quisiera.
Y no sabe mi abismo
de las cimas,
que siento que se brindan
a mis pasos.