El Sol cayó esta tarde
oscilando en el aire
hacia la vasta noche
que deseaba acercarse.
¡Dio un gemido tan triste!
yo lo escuché esta tarde.
No quería, por hoy,
aislarse en la penumbra
del paisaje.
Quería un día glorioso
y esperarse
a que saliera la Luna,
de noche,
y le mirase,
para ver el amor
reflejado en su rostro
y, repleto de ella,
enamorarse.
Yo lo escuché esta tarde
me dio mucha tristeza,
cuando lo vi marcharse…