Donde yacen los leños
tendidos a la sombra,
nacen las tentativas
de horadar estructuras
perturbando el letargo.
Desemboca en migajas
la robusta esbeltez
en la premura
de tenderse a la sombra
y se idealiza un mundo
nacido de la hambruna
de pequeños gendarmes.
Todo es cambio propicio
para el logro
de un simple renacer
entre los árboles.
Es así como pasan
de gladiador de vientos
a entregados sujetos
de frugal embestida,
los héroes de los verdes
campos de nuestra vida.