Donde Van
Donde Van

Donde Van

Donde van y se duermen 

enjutas madrugadas, 

tus ojos taciturnos que vigilan, 

las aguas mansas corren 

sus tristezas perennes; 

y nubes parturientas 

marcan ecos pequeños 

en pos de las calzadas. 

 

Donde van y se duermen 

las hondas cicatrices 

de los cuerpos curtidos, 

quebrando la nostalgia: 

largas como alaridos, 

ciegas como las ansias 

perviven los recuerdos 

tristes como las lágrimas. 

 

Donde van y se duermen 

las canciones de antaño 

tendidas en las ramas 

del olvido perenne 

crecen de tiempo en tiempo 

la magia del recuerdo. 

 

Por eso, nuestro júbilo viene 

con nuestra pertenencia, 

nuestros días de ayuno 

vienen con su cuaresma. 

Allá quizás tengamos, 

después de la cuaresma, 

esa Misa de Pascua, 

y esa mañana eterna.

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