Dolida
Dolida

Dolida

Dolida, 

solitaria y perdida 

en mis ocasos, 

sosteniendo las bridas 

de mi canto 

en los tantos momentos 

anunciados. 

 

Perdida, 

en ese eterno afán 

de unir los lazos 

que más nos apasionan 

al fracaso, 

que por siempre será 

duda y hallazgo. 

 

Dolida: 

en ese dejar ser, 

de cada instante, 

blandiendo en la ventana 

mi estandarte 

de ese llegar a ser 

que se hace tarde. 

 

Perdida: 

en el franco egoísmo 

del recuerdo, 

que me impide soñar, 

lo que en los sueños, 

despierta mis verdades 

y mis miedos. 

 

Dolida: 

entre tantos pesares, 

en vigilia, 

suponiendo una paz, 

que solo hostiga 

esa marea alta, 

siempre viva; 

cual olas invocando 

la llegada, 

una vez y otra vez 

a nuestra playa. 

 

Sorprendida 

se ser la misma ola 

que vigila 

ese eterno tornar 

a mi guarida, 

sin tener conciencia 

de esa huída 

que traiciona mi canto, 

que traiciona mi herida, 

que traiciona la esencia 

que yace aquí, escondida, 

reclamandolo todo 

en la siempre porfía 

de idealizarlo todo, 

¡cuando todo se olvida!

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