Ya he traspasado
toda una gama infinita
de escandalosas ideas,
tentadoras imágenes
he imaginado toda una tempestad
de medias sombras,
de confusos coloquios…
Los días pasan
sin colisión ninguna
tal parece que sólo
la diminuta ala
de un diminuto pájaro
los enlazara
con un zigzagueante vaivén
que nunca acaba.
La sombra de hoy,
la incertidumbre de hoy,
todo parece trasplantarse en mi,
infiltrándose
a todo lo largo
de mi ramal nervioso.
Estoy sola aquí
me une a los demás
una corchea transparente.
No oigo nada
que tenga un rasgo
tan profundamente humano,
natural,
que se interponga
entre mi yo
y mi canto,
y este inmenso caracol
que me cobija.
Desde esta mole
diviso la ciudad,
esta pobre ciudad
tan confundida y niña
donde las lagartijas
se comen a los sapos
sólo por que los sapos
no aprendieron a comer
lagartijas.
En este grande
y vituperado espacio,
las marionetas danzan
cómo dirigidas
por una sola mano:
de grandes dedos independientes.
Se ha perdido por completo
todo sentido de dirección,
de disciplina,
de compás mejor.
No sé hasta qué punto
esta desequilibrada unión
pueda desgarrar cada cerebro
con una orden igual,
concisa,
pura.
No se si los músculos
de estas marionetas
resistirán el vínculo,
o se alejaran
A veces pienso
que la única mosca
atrapada en la red,
es esta soledad mía
tan respetuosamente sorda.