Detrás de tus motivos,
mis motivos gritando
mi hambre de palabras.
Mi tranquilo bostezo
sugiriendo que nada
hace falta a mi entorno:
repleto de consignas,
deseos y proclamas…
Así van trajinando
por calles solitarias
unos pasos que huyen
de la siempre cordura,
de la siempre esperanza,
de la siempre sonrisa,
que muere, y, antes que nada,
pronostica silencios
tan largos como el agua
de un río trajinando
cada día, en su zafra…
Detrás de los motivos,
los motivos de siempre
para ocultarte todo
lo que pasa en mi alma:
¡una vez luna llena
y una vez lluvia clara!