Después de la explosión
nada,
batiendo nuestras puertas.
Se deslizaron muros,
cayeron en tropel
todos los dioses
mutilando las obras
y las horas.
Nada llorando fuerte
sobre sueños impuros.
Solo sombras…
y detrás de las sombras:
un sol ardiente musitando nuevas,
la risa en la vendimia.
de los nuevos futuros,
como para alegrarnos hoy,
de alguna forma nueva…