Desde siempre
y como nunca,
hago escalones
en mi vieja ruta,
esperando llegar
a cualquier plaza,
o a las altas montañas
que soñara
con ríos tormentosos
de aguas rápidas
o al final del encuentro
del río con la playa.
Desde siempre
y como nunca,
anhelo el anhelar
de alas muy anchas
que convergen en nubes
blancas, blancas,
sin negarle las lluvias
a las plantas.
Desde siempre
me debato entre sílabas
que avanzan
tan a su propio ritmo,
que me atacan
deseos y palabras
en sorpresivas ráfagas.
Desde siempre:
sueño mis tantos sueños
de muchacha,
pidiéndole a la vida
más distancia,
entre lo que he de hacer
y lo que falta…