Desde un siempre
que otea ala distancia,
mi adios se crece
como cimera danza
y va logrando versos
aqui y alla,
a sus anchas,
sin que nada convoque
a resaltar la magia.
Desde un siempre,
en las líneas
que vienen y se marchan
en ese indescifrable
deseo de volcarlas,
mi verso surge
como surge el ansia
de escribir, sofocando
lo que siento o me ata.
Desde siempre, perdida,
cautiva mensajera,
ya no se lo que quiere
mi alma siempre en vela
y ya no se llenar
las hojas solitarias
con mi tonto deseo
de escribir y ocultarlas,
como se ocultan siempre
las faltas y las fallas