Desde los linderos
de mis propios pasos,
paso lunas llenas
tramando y soñando,
no sé qué de ausencias
y de desamparos,
trinando doliente
mis pocos legados.
Y es música pronta
desde los linderos
de mi propia sombra
con sus pies descalzos.
Y es fugaz la noche
que persigue el sueño
que he anhelado tanto,
mientras centelleantes
estrellas me anuncian
los mismos legados,
y las cartas, prontas,
exhiben la suerte
que no ando buscando,
como para herirme,
hiriendo mi sombra
con luces y trazos,
tal vez avisando
mis propios letargos.
Desde los linderos
de mis propios pasos
busco lunas nuevas
que entiendan mi largo
caminar sin rumbo,
combinando citas
que no ando buscando.
Y son tantos pasos
los que voy andando
que sólo me queda
mi simple reclamo
de darle a mi sueño
un camino largo
cruzado de versos,
sonrisas y abrazos
en cada recuerdo
que brinden mis lazos.