Desde cuando de lejos
viene la brisa y baila
con las ramas delgadas
de los frondosos árboles.
Desde cuando, en las horas,
se escuchan las canciones
que promueven audaces
las botas, en su marcha.
Desde cuando las luces,
suspirando coquetas,
se abren y se cierran
en sus danzas cubiertas.
Desde cuando las aves
van y vienen en vuelos,
a través de la brisa
que las sigue con celo.
Desde cuando amanece,
y las horas que pasan,
hacen malabarismos
en las nubes que avanzan.
Desde cuando te espero,
ilusionista en vuelo
de los cantos que anhelo
y se marchan fugaces.
Desde cuando te miro,
y aún sin retenerte,
envuelvo tu silueta
con mis sueños rebeldes
Desde cuando, ¿preguntas?
Es así, ¡desde siempre!