Deja
Deja

Deja

Deja mi amanecer 

resplandecer tranquilo 

como las aguas calmas 

que acumulan los ríos. 

 

Déjame, imperturbable, 

reiniciar mis auroras 

con el sol tributo 

de revivir mis horas. 

 

Déjame un viaje libre, 

más allá del ocaso, 

más allá de tus límites, 

más allá de tus pasos. 

 

Deja que vuele libre 

hasta que el tiempo absorba 

mis ahora y mis cuándos, 

mis sueños y memorias. 

 

Deja que todo vibre 

al roce con mi vuelo, 

para encontrar sonrisas, 

abrazos y consuelos. 

 

Deja, deja que surjan 

de mí las noches buenas, 

la alegría y el canto, 

y la fe sin fronteras. 

 

Y deja terminar 

mis mejores audiencias, 

hablando, sin hablar 

a la luz de las velas. 

 

Deja mi cielo claro 

sin nubes y sin penas, 

¡advertir el milagro 

del cual me siento plena!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp