De soslayo:
vuelvo a escuchar
las voces que me hablan
de cantos olvidados,
de perdidas batallas,
de injusticias tramadas,
por siempre, de antemano.
La mano hambrienta
de poder, busca sus lazos
y la vida compila
sus victorias y hallazgos.
De soslayo:
camino sin saber
dónde está el horizonte,
cambiante siempre,
para el mejor encuentro.
Y la búsqueda vaga
por todos los espacios
como una extraña unción:
aniquilarnos, perdernos,
inmolarnos…
¿para qué y para quién?
Si caminamos siempre
ungidos de fracasos.
Volver al empezar
de lo que no soñamos,
tendidos, eso sí,
de soslayo,
y sin saber qué hacer…