De Repente
De Repente

De Repente

De repente:

triste, triste, triste

se puso la tarde.

El sol, en su ocaso,

se marchó a otros lares.

El río, cansino,

con sus crestas suaves.

Y, arriba, las nubes

jugando a marcharse

se juntaron todas

en un blanco triste,

sin ningún contraste.

 

Y así, sola y triste,

decidí quedarme

escribiendo versos,

que leí más tarde:

mi boca cerrada

en afán constante

de seguir las líneas

que indicó la tarde.

 

Todo triste y todo

silencio y mensajes, 

que enviaba la brisa

en impulsos suaves.

Y no se que tienen

esta triste tarde

que así, de repente,

quiso acompañarme…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp