Cuando todo el silencio
es sólo paz que vuela
por todos los rincones
de los vastos caminos
o las largas aceras.
Cuando todas las frutas
que penden de las ramas
son eso: pan de vida,
de la tierra, a la zafra
y todas las penurias,
simplemente, se marchan.
Cuando cada sonrisa
se asoma en cada rostro
concibiendo el deleite
de los sueños más justos
y el placer de contarlo,
simplemente enaltece.
Cuando miras al río,
caminando hacia el mar
con esa paz tranquila
que sólo da lugar
a ida y bienvenida,
al suspiro, a la vida
y al recuerdo tenaz.
Cuando lo que te queda
es bendecir los dones
y bendecir a otros
por todas las razones
que perviven en todos
los alegres momentos,
las alegres noticias,
la paz, que inmortaliza
los sueños y creaciones.
Cuando no cuesta nada
ser feliz, porque todo
te lo brinda la paz
que a diario inmortaliza
las luchas que ganaron
los pobres y los bravos
dando luz a lo cierto
de la paz que ahora viven.
Cuando todo ya asoma
la augusta claridad
¿lo declaras mentira,
cuando todo es verdad?