Cuando ya son tan pocas
las cosas que te tocan
y perdiste la diana
para la travesía:
¿Vuelves a otear el cielo?
¿Haces preguntas tontas?
¿O llamas y cabalgas
con el caballo blanco
de todas las victorias?
Cuando la tarde llega
y apresura tu paso:
¿Qué queda en tu porfía:
los recuerdos, abrazos,
que ya nunca perdiste
o la misma rutina
de los primeros días
en los cuales marcharte
con tu sola teoría
del devenir pulsando
cualquier ruta perdida?
Cuando ya son las muchas
y crecientes teorías
que te hablan de la vida
y de su travesía:
¿buscas cualquier excusa
o lames la miseria
de las horas perdidas?
Cuando todo se opaca,
ahuyentando vendimias
y te encuentras golpeando
tus noches y tus días
para tocar la diana,
que, desde antaño afina,
el principio y final
de una feria perdida.
Cuando todo se carga
con figurados temas,
figuradas razones,
figuradas vendimias.
¿Qué queda, que no opaque
aquello que sentías
cuando un himno ocupaba
tu pecho y tu garganta
en una sola fila?
Eso de lo encontrado
y nunca mas perdido.
Sentimiento en el alba
cuando todo se opaca
al amor que sentimos
por esa patria grande:
¡esa por la que brindo!