Cuando todos mis ayes
se unan en tu entorno,
cuando todos mis versos
encuentren tu sonrisa.
Cuando presumas siempre
de encontrar mi silueta
sumida en el misterio
de las cosas que gustas.
Cuando descubra el eco
de la precisa huella
en el caleidoscopio
de los recuerdos gratos.
Y tus límites lleguen
a adorar así mis brazos
en éxtasis profundo
de lo ignoto y amado.
Cuando se transfiguren
las audaces piruetas
de las nubes que pasan
sin negar los recuerdos.
Y sus vuelos evoquen
los rostros presentidos
en el malabarismo
de invocar lo querido.
Cuando te llegues todo
hasta mi vasta orilla
haciendo de mi espuma
tu cálido refugio.
Seremos para siempre
la aurora no vencida,
la canción vuelta himno,
la oculta bienvenida.