Como siempre,
fuegos artificiales, alegría,
la eterna algarabía de Diciembre.
Compras, comidas, gastos
inundando las calles, los comercios.
Deseos de encontrar el sueño exacto
en esa periferia de tus gastos.
Todo por la esperanza, los encuentros,
las ganas de vivir nuevos momentos
o el recuerdo de siempre, renacido.
Como siempre,
yo sigo en el teclado del olvido
cantando mis canciones más antiguas
desdiciendo al andar cruzadas vías
con pies que no se adaptan a mi estilo,
tranquilo de vivir y sin porfías.
No me importan los gestos
que aún no he recibido,
ni tengo ganas de regalos caros.
Sigo en la sumisión del desamparo,
sangrando con más fuerza por la herida.