Como si fuera yo,
con mi partida,
mil veces en la ola
acicalada,
fuí contándole al viento
mis fracasos,
entrando en las mareas
que largaban
una vez y otra vez
sin saber del asunto
que trataba.
Como si fuera yo,
con mis motivos
discutidos cien veces
con mi almohada,
me ofrecí a subsanar
cada partida
que naciera en el borde
de mis ansias,
y llegue a tramontar
ola tras ola,
todas las ilusiones
ya guardadas.
Como si fuera yo,
me fuí perdiendo
con la música suave
de las olas,
que aliviaban mis penas
y mis ansias…
Mientras mi corazón,
brinco tras brinco,
izaba la bandera
de la esperada lágrima.
Como si fuera yo,
me fuí perdiendo
en cualquier garantía
que me ataba.