Como se van las ondas,
en múltiple albedrío,
así se van momentos:
no importa por qué fueron,
si eran tuyos o míos.
La corriente subsiste
a pesar de premisas,
de derechos cansinos,
de cada día creciendo,
de cada día perdido.
Y la luz que ilumina
todos los sueños idos,
va quedando, disuelta,
por las nubes que crecen,
a pesar tuyo y mío.
No es esta nuestra zafra
mostrando lo aprendido.
Son estos días tristes,
implacables, distintos,
unicolor blanquecino,
recitando poemas
que fueron del principio.
Y tu, que ya no esperas
las risas y los mimos,
cierras los ojos, sueñas
con tu mundo distinto,
despertando en alegres
cantos, danzas y ritos…
Como se van las ondas
liberando motivos,
así se van los cantos
que fueron del principio:
desde todos los sueños,
desde todos los ritos…
Nuestra tarea, aislada
en algún cuento ido,
se mece en la corriente
de nuestro quieto río…
Yo no sé por qué causas
o qué mundos perdidos…