Tierra

Entre los yerbasales de un recuerdo se perdieron ayer mis letanías.   Cada vaca se fue tras su lucero, cada angustia se fue tras la porfía de una luna libando, entre los cerros, el vino …

Sabrosa danza negra, mientras bailas. las nalgas te murmuran con su ritmo, que la cintura recuperó la magia  que tuvo el junco verde en el principio.   Los pies, aunque cansados, se alegran con los …

En el río posible de las causas más justas se enlazaran tus manos sedientas a las mías.   Un gran coro de arenas y de piedras felices hará trinar el cauce sobre el lecho propicio. …

Por tu boca de cien años volaban los fantasmas a su modo: los brujos y las brujas salían de sus claustros, los encantados nombraban sus conjuros, como en un consistorio penitente.   Tu silla, madera …

Cada vez que recuerdo veo seis vacas blancas pastando en los gentiles recuerdos de mi infancia.   Seis vacas con sus días por nombres, para atarlas, a las largas vigilias de una pastura larga.   …

En vías de desarrollo quedo mi pueblo perdido entre añoranzas resecas, postigos desarraigados y aleros semi derruidos.   Con su esperanza de siempre cosida a los mismos signos y un sudario a las espaldas de …

Tapara melindrosa, resabiada, dejas mi sed abierta y, de tus aguas la solazada búsqueda de calma que hay en mi desazón y en mi garganta.   Tinajero, trinando con tu son permanente, alegras los anhelos …

Estoy aquí de nuevo, ante la vieja casa mirando cicatrices donde antes no había llagas.   La brisa y la ventana siempre se reconocen como viejas amigas, entreabriendo las puertas.   Ella sopla y se …

¡Ah Mundo, si tu supieras! Con toda nuestra porfía, que el amor que te tenía no lo encontre entre mis cosas y a puro sembrando versos te debo, cuando consigo, un don que no va …

Marzo llega, te pones bambalinas, enciendes de amarillo portales, caminos y colinas. Entre el verdor promiscuo haces alarde, de diseñarle soles a la tarde, dándole a los poetas más motivos para cantarte a ti, mientras …

Grandilocuente árbol que empecinas tus raices y ramas a romper calles y muros, ¡que veleidoso tomas el sol para ti solo dejandonos tu sombra fabulosa! Potentes tus raices, hiriendo surcos, se amotinan en busca de …

Lejos del pedestal donde se posa la abeja susurrante ante las mieles que le brinda la flor colorida, veleidosa, esta el cantar del pájaro rezando enamorado una oracion triunfal de giro y libertad entre los …