Hoy vislumbré en tus pupilas,
una mirada de amor,
tuve miedo de quererte,
fui a callar mi corazón,
y vi tal tristeza en ellas
y tanta fuerza de amor
que muy quedo,
sin que me oyeras,
le dije a mi corazón:
«corre aprisa, corre aprisa,
lánzate al vuelo, veloz
y robate esas pupilas,
y robate el corazón
de quien me mira
y me mira
con tanta fuerza de amor
que me arrebata la vida,
que me agiganta la voz,
que se ha llevado mi alma
dejándome sin razón,
con un mal,
que es mal de penas,
con un mal
llamado amor»…