Presumimos callar para siempre
y las palabras se crecen
pensando en los futuros.
Vuelan hacia nosotros
resguardando sus credos.
Apelan a su estatus
de vivir entre pliegos,
tranquilas, sin juzgarnos,
sin desechar sus fueros,
pero alerta, sintiendo
que hay un callado intento
de recrear la siembra
soñando un mundo nuevo,
entre viejas fronteras.
Aquellas que los siglos
reclamaron la estela
de presumir sintiendo
vivir las nuevas eras…