Calla para la angustia
la última novena.
Alicaída víctima
de todas las contiendas.
Toca tu mano el arma,
busca la piel abierta
y hace un sesgo profundo
jugando a centinela.
Calla para que triunfe
la fe de la cosecha,
ya la luna se aana
visitando la siembra,
y los ojos que vieron
alucinar docenas
explican por qué vuelcan
la vida en la cosecha
de los primeros pueblos
y las primeras gestas.
La luz, sigue filtrando
los viejos agujeros
y la sal, que se agita,
dentro del mar primero
tiene angustia de bote,
añoranza y recuerdo.
Tiene revuelo de olas
y lágrimas de empeño.
Cuando la luz provoca
su canto marinero,
calla para la angustia
de su propio velero
en un atisbo de ola
sobre su mar, sereno.