No he llegado al alcance
del intrincado muro
que cruza las esquinas.
La espera es siempre larga
ubicando secretor
guardados o vendidos.
Distingo, sin querer,
como la luz decrece
detrás de los abismos
que parecen perderse
más allá de los techos,
de los gigantes árboles,
de las altivas torres
que titilan de lejos,
con esa luz difusa
que marca cada fuero.
Buscar la sombra,
es arriesgar motivos.
La desnudez se viste
con seguros abrigos.
Huele a luz apagada
cuando la vela acaba
su linterna visible
y se esconden los gestos
igual que los motivos,
la voz, los manifiestos.
Poco a poco la noche
se viste con estrellas
y la brisa que llega
tiene olor a marisma
y lunas de cuaresma.
Camino entre las sombras,
y las sombras me legan
encender nuevas luces
entre temor y entrega.
Y hay búsqueda de sueños
que ya fueron soñados.
Y hay cantos en la playa
que ya nunca paseamos,
un tanto prometiendo
un resurgir de sombras
en nuetro viejo suelo.